lunes

Venciendo la rutina

A veces, sólo por capricho de lo imposible algunos caminos se vuelven a cruzar.
En plan de comenzar un nuevo día dedicado a la razón, con un método más propio de una ermitaña que de una joven urbana y soñadora, la ajena e indiferente ciudad se perdía tras el opáco vidrio de la puerta principal. Y fue allí donde las frías casualidades poblaron otra vez las ansias de sus labios, cuando él volteó para verla entrar. Con sorpresa y cínica alegría se saludaron, y caminaron juntos hacía las oficinas de un piso al que ella no tenía planeado ir. Un sorbo mentiroso al café y la conversación comenzó a navegar desde los raros hábitos que no compartían, hasta las últimas fotografías tomadas por ambos. Una invitación.. y la negativa triste -pero necesaria- pensaba ella, mientras las escaleras mecánicas acercaron peligrosamentes sus cuerpos. Un segundo intento y una nueva negativa, no triste sino insostenible, pero inocua para aquel corazón por costumbre blindado.
Existen breves momentos en un día cualquiera, en que mágicos acordes logran desatarse, y en esta historia aquel momento brilla justo antes de la despedida, cuando sus mejillas en un par de eternos segundos se unen y sus labios se rozan...


... dos veces...
... sólo dos veces....

1 comentario:

amudiel dijo...
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